lunes, 7 de febrero de 2011

Y ya van 5 (o cómo hacer una tarta de cumpleaños de princesa)

Mi retoñejo ya ha cumplido los 5 años. Quien diga que el tiempo vuela, no dice la verdad, desde luego. Pero sí que es cierto que se tiene una intensa sensación de vértigo cuando se mira hacia atrás. Cuando nació era apenas un renacuajillo escuálido y llorón de ojos enormes y sonrisa angelical. Ahora, al verla dormir y ver que ya ocupa más de la mitad de la cama, ver lo largo que tiene el pelo cuando se lo lavo, cuando cruzamos esas miradas en las que nos entendemos sin palabras... ¿ya han pasado 5 años?

Madre mía, quién me lo iba a mi a decir...

El año pasado, cuando cumplió cuatro y le hice la tarta de serpiente, me pidió que este año le hiciera una tarta de princesa. Las promesas son sagradas, así que me arremangué y me puse a trabajar en ella.

Hace unos meses, cuando hicimos la pavlova (si mal no recuerdo, en junio de 2010), vi la foto de una tarta que evocaba una bailarina, ahora no he conseguido volver a encontrarla para enseñárosla. Pero lo que me ha salido se parecía, en parte, a esa tarta. Porque esta tenía que ser una princesa. De las de Disney. Y para eso requería mucho lazo, mucho rosa, mucho de lo que yo, sinceramente, considero hortera a más no poder.

Y caramba, debo tener un trasfondo "hortense", porque lo conseguí :-)